¡Detenete un instante y lee bien lo que está ocurriendo! Si eres descendiente, es fundamental que conozcas ¿Quién conserva y quién pierde la ciudadanía italiana con el Decreto Ley 36/2025?, te explicaré de manera precisa los cambios introducidos por esta normativa y las implicancias concretas que podrían derivarse si aún no comenzaste tu solicitud.
Ya no es un secreto que una sombra se ha posado sobre el derecho que por generaciones se transmitía como una certeza. Lo que siempre fue un lazo de sangre inquebrantable, hoy corre el riesgo de ser deshilachado por una norma silenciosa e injusta.
Como asesor especializado en ciudadanía italiana, sé que para muchos descendientes el proceso es más que un trámite: es un acto de reconocimiento de historia familiar, pertenencia e identidad.
Sin embargo, el Decreto Tajani ha introducido una serie de criterios que podrían dejar fuera, sin aviso, a miles de personas que hoy tienen derecho por sangre.
En las siguientes secciones verás quiénes están protegidos por la ley, qué condiciones impone el nuevo artículo 3-bis, a quiénes excluye de forma automática y qué contradicciones jurídicas plantea este sistema.
¿QUIÉNES CONSERVAN LA CIUDADANÍA ITALIANA BAJO EL DECRETO LEY 36?: categorías protegidas
Es de recordar que el viernes 28 de marzo del 2025 se desató, en el seno del Consejo de Ministros de Italia, una de las decisiones más injustas y dolorosas para millones de descendientes de italianos en el mundo.
En silencio, sin el debate que una medida de esta magnitud merece, se aprobó el Decreto Ley 36/2025, promovido por Antonio Tajani, figura destacada del partido Forza Italia y del Partido Popular Europeo, actual vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro de Asuntos Exteriores, ese fatídico momento pasará a la historia no por unir a los italianos, sino por trazar una línea que los divide.
Ese día, se propuso modificar el artículo 1, párrafo 1, de la Ley del 5 de febrero de 1992, n.º 91, para introducir el artículo 3-bis: una nueva cláusula que rompe con más de un siglo de continuidad jurídica.
El 3-bis no es solo un cambio técnico: es un golpe directo al principio del ius sanguinis, ese lazo de sangre que unía a los hijos y nietos de emigrantes con la tierra de sus abuelos.
Lo que ocurrió ese viernes no fue solo una reforma administrativa. Fue, para muchos, el cierre abrupto de una puerta que siempre estuvo abierta.
No obstante, para aquellos que aún tienen oportunidad, el artículo 3-bis del Decreto Ley 36/2025 establece claramente que algunas personas conservarán su ciudadanía italiana incluso después de la entrada en vigor de la norma.
Estas son las principales categorías protegidas:
🔹 a) Solicitud presentada antes del 27/03/2025 a las 23:59 hs
Si iniciaste formalmente el trámite de ciudadanía ante el consulado o un municipio italiano antes de esa fecha y hora, tu derecho se conserva. Estás amparado por la normativa anterior, sin que se te apliquen las nuevas restricciones.
🔹 b) Recurso judicial presentado antes de la misma fecha
Si entraste con una demanda judicial en un tribunal italiano solicitando el reconocimiento de tu ciudadanía antes del 27/03/2025, también quedás protegido por la ley anterior. El nuevo decreto no afecta tu proceso.
🔹 c) Padre o adoptante ciudadano nacido en Italia
Si uno de tus padres o adoptantes es ciudadano italiano y además nació en Italia, seguís teniendo derecho a la ciudadanía sin restricciones del nuevo decreto, aunque hayas nacido en el extranjero o tengas otra nacionalidad.
🔹 d) Padre o madre ciudadano italiano nacido en Italia
Este punto reafirma el anterior: si uno de tus padres es ciudadano italiano nacido en Italia, estás automáticamente exceptuado de las limitaciones del artículo 3-bis.
🔹 e) Abuelo nacido en Italia (ascendiente de primer grado)
Si uno de tus abuelos nació en Italia, también estás dentro de las excepciones. Aunque hayas nacido fuera y tengas otra nacionalidad, podés ser reconocido como ciudadano italiano.
Estas cláusulas de “salvaguardia” fueron incluidas para evitar conflictos constitucionales y garantizar cierta continuidad con el sistema anterior. Sin embargo, su alcance es limitado y no protege a todos por igual.
El impacto es profundo porque transforma un derecho considerado natural y permanente en una condición sujeta a nuevos requisitos, dejando en una situación incierta a miles de personas que, hasta ahora, confiaban en la continuidad de las reglas tradicionales.
¿QUIÉNES NO CONSERVAN LA CIUDADANÍA ITALIANA CON EL DECRETO LEY 36?: riesgos de exclusión automática
El grupo más golpeado por el Decreto Tajani es, sin duda, el de los millones de descendientes nacidos fuera de Italia que poseen otra ciudadanía —como la argentina, venezolana, uruguaya, etc.— y que, por distintas razones, aún no han iniciado su trámite de reconocimiento.
A ellos, esta norma los condena sin aviso, sin defensa, borrando de un plumazo generaciones enteras de italianidad transmitida por sangre.
Se los excluye no por falta de pruebas ni por fraude, sino por haber nacido en el lugar “equivocado” y haber llegado “tarde” a una ventanilla.
Es una medida que hiere la memoria de los migrantes italianos, que cruzaron océanos con la esperanza de que sus hijos y nietos nunca dejaran de ser parte de Italia.
Además, el decreto establece que los nacidos en el extranjero a partir del 28 de marzo de 2025 que tengan otra nacionalidad no adquirirán automáticamente la ciudadanía italiana, aunque desciendan de italianos.
Esta medida rompe con el principio histórico del ius sanguinis —la ciudadanía por sangre— que Italia ha mantenido desde hace más de un siglo.
Puntualizando no conservan la ciudadanía italiana:
- Nacidos fuera de Italia con otra ciudadanía.
- No iniciaste tu trámite antes del 27 de marzo 2025.
- Nacidos después del 28 de marzo de 2025.
El carácter automático de esta exclusión plantea serios cuestionamientos jurídicos: elimina el derecho sin intervención de la persona, sin posibilidad de defensa, y basado en criterios como el lugar de nacimiento o la posesión de una segunda ciudadanía.
Esto contradice principios fundamentales del derecho constitucional y europeo, como el respeto a los derechos adquiridos, la proporcionalidad y el debido proceso.
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CON EL DECRETO LEY 36 ¿QUIÉN CONSERVA Y QUIÉN PIERDE LA CIUDADANÍA ITALIANA?: consecuencias y contradicciones
El nuevo marco normativo no solo desorienta y divide, sino que inaugura una era de injusticias legales que claman por indignación y memoria.
¿Cómo es posible que dos hermanos, nacidos en el mismo país, con los mismos abuelos italianos, terminen con destinos legales completamente opuestos solo porque uno presentó sus papeles antes de esa fecha y el otro no?
¿Cómo se justifica que uno conserve la ciudadanía italiana y el otro sea tachado del vínculo con Italia, como si su sangre valiera menos por llegar unos meses más tarde? No es derecho, es arbitrariedad disfrazada de reforma.
Este decreto pisotea décadas de jurisprudencia italiana que defendía un principio sagrado: que la ciudadanía no se pierde sin voluntad, sin conciencia, sin defensa.
¿Y quién paga el precio? Millones de descendientes en América Latina y EEUU que conservaron con orgullo la historia familiar, la lengua, los apellidos italianos… y que ahora podrían ser borrados sin haber cometido ninguna falta.
Esto es más que un cambio legal. Es una traición al pasado, una herida al presente, y una negación del futuro de la italianidad en el mundo.
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En definitiva, ¿quién conserva y quién pierde la ciudadanía italiana con el Decreto Ley 36/2025? es una realidad que ya está afectando a miles de descendientes en todo el mundo.
Este decreto pretende redefinir las condiciones para ser reconocido como ciudadano italiano, imponiendo nuevas reglas, fechas límite y restricciones que podrían dejar fuera incluso a quienes tienen un derecho legítimo por sangre.
Comprender las categorías que protege la ley y aquellas que quedan excluidas automáticamente es clave para no perder una oportunidad que te corresponde por herencia y por historia familiar.
Si todavía no iniciaste tu trámite o no estás seguro de tu situación frente a esta nueva normativa, podemos ayudarte.
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