
Comprender el contexto legal y político actual en Italia es más importante que nunca. La reciente discusión del decreto ley de Tajani sobre ciudadanía italiana generó un intenso debate en el Parlamento, y este momento marca un antes y un después para millones de descendientes de italianos en el mundo.
En este artículo, te presento una descripción detallada de los argumentos esgrimidos por los legisladores que participaron activamente en la sesión del 14 de mayo de 2025. Y que tuvo el fatal desenlace al día siguiente, jueves 15 de mayo con la aprobación definitiva del decreto Ley 36/25.
Una jornada clave que reflejó el profundo quiebre entre quienes apoyan una ciudadanía más restringida y quienes luchan por defender los derechos de los italodescendientes como tú.
Aquí te comparto los pronunciamientos de los diez parlamentarios que intervinieron en esa sesión, agrupados según su postura, con el objetivo de ofrecerte claridad, contexto y previsión.
Porque si estás dando el paso hacia tu ciudadanía, necesitas más que trámites: necesitas comprender el escenario y anticiparte a todo lo que pueda estar en contra de tu reconocimiento.
INTERVENCIÓN DEL SENADOR LISEI EN EL DEBATE DEL DECRETO LEY 36/2025 SOBRE CIUDADANÍA ITALIANA
El senador Alberto Balboni Lisei, es abogado de profesión. Miembro del partido Fratelli d’Italia, forma parte del Grupo FdI en el Senado, integra la 1ª Comisión Permanente de Asuntos Constitucionales
En el marco del debate parlamentario sobre la conversión en ley del Decreto-Ley 36/2025 sobre ciudadanía italiana, el senador fue el primero en intervenir, asumiendo el rol de ponente.
En su intervención, fue el encargado de leer los puntos tratados en las enmiendas y de presentar la redacción final del artículo 3-bis, pieza central de la reforma.
A continuación su intervención.
Señor Presidente, miembros de esta honorable Asamblea, he solicitado intervenir para presentar el informe oral sobre el proyecto de ley que transforma, con modificaciones, el Decreto-Ley n.º 36 del 28 de marzo de 2025, relativo a disposiciones urgentes en materia de ciudadanía.
La solicitud fue aceptada sin objeciones, así que procedo a detallar el contenido del texto tras su análisis en comisión.
Este decreto-ley consta de cuatro artículos. La parte central de la reforma está en el artículo 1, párrafo 1, donde introdujimos el nuevo artículo 3-bis en la Ley n.º 91 de 1992.
Allí se establece que toda persona nacida en el extranjero que posea otra nacionalidad —incluso si la poseía antes de la entrada en vigor de esta ley— no será considerada ciudadana italiana. Se trata de una exclusión automática de iure sanguinis.
Sin embargo, reconozco la necesidad de introducir excepciones claras y razonables, que definimos en los apartados a) a d). Entre ellas, incluimos:
- El reconocimiento judicial de la ciudadanía, si la solicitud fue presentada antes del 27 de marzo de 2025 a las 23:59 (hora de Roma).
- La presentación de la solicitud en una oficina consular o en un municipio, siempre que se haya solicitado con cita previa y se haya notificado dentro del mismo plazo.
- Casos en que uno de los padres, abuelos o adoptantes tenía exclusivamente la ciudadanía italiana al momento del fallecimiento.
- Casos en que uno de los padres o adoptantes haya residido en Italia por al menos dos años continuos tras haber adquirido la ciudadanía y antes del nacimiento o adopción del hijo.
En el mismo artículo, agregamos los párrafos 1-bis y 1-ter al artículo 4 de la Ley 91/1992.
- Con ellos, permitimos que un menor extranjero o apátrida, hijo de un ciudadano italiano por nacimiento, pueda adquirir la ciudadanía italiana si sus padres o tutores así lo declaran, siempre que el menor resida legalmente en Italia por dos años, o que la declaración se presente dentro del primer año desde el nacimiento o desde el reconocimiento de la filiación.
- Además, ese menor podrá renunciar a la ciudadanía cuando alcance la mayoría de edad, si también posee otra nacionalidad.
- El párrafo 1-ter establece un plazo definitivo: hasta el 31 de mayo de 2026 para que estos casos puedan acogerse a la declaración voluntaria de adquisición de la ciudadanía. Esta norma aplica para menores cuyos padres hayan adquirido la ciudadanía según las excepciones mencionadas.
Luego, con el artículo 1-quater, suprimimos la posibilidad de extender a 36 meses el plazo para la resolución de los trámites de ciudadanía por matrimonio o por decreto presidencial.
- Ahora, ese plazo queda fijado en 24 meses, sin posibilidad de prórroga.
En el párrafo 1-quinquies, incluimos una disposición transitoria: los procedimientos ya iniciados antes de la entrada en vigor de esta ley seguirán regidos por la normativa anterior.
El párrafo 1-sexies introduce una exigencia adicional: los hijos menores de italianos que cohabiten con su progenitor deberán residir de forma continua en Italia por dos años para adquirir la ciudadanía.
En el artículo 1, párrafo 2, también reformamos el artículo 19-bis del Decreto Legislativo n.º 150/2011.
Allí aclaramos que en los litigios sobre ciudadanía no se admiten pruebas testificales ni juramentos, y establecemos que la carga de la prueba recae sobre el solicitante, quien deberá demostrar que no existen motivos de exclusión o pérdida de ciudadanía.
Con el artículo 1-bis, abrimos una vía de ingreso legal al país para descendientes de italianos residentes en el extranjero, permitiéndoles entrar y trabajar fuera de las cuotas migratorias si residen en países con importantes flujos históricos de emigración italiana.
- Será un decreto del Ministerio de Relaciones Exteriores, junto con los Ministerios del Interior y de Trabajo, el que determine cuáles son esos países.
- También fijamos en dos años el tiempo de residencia legal necesario para que un extranjero cuyos padres o abuelos fueron ciudadanos por nacimiento pueda acceder a la ciudadanía.
El artículo 1-ter se dirige a aquellos que nacieron o vivieron en Italia y que perdieron la ciudadanía por aplicación de normas anteriores, particularmente la Ley n.º 555 de 1912.
- Estas personas podrán recuperar su ciudadanía si presentan la declaración correspondiente entre el 1 de julio de 2025 y el 31 de diciembre de 2027.
- El costo de este trámite será de 250 euros, según lo establecido por la normativa vigente, y será gestionado por las oficinas consulares.
Finalmente, el artículo 2 establece que el decreto-ley entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial.
Con este proyecto, aspiramos a ordenar, actualizar y hacer más transparente el sistema de adquisición y recuperación de la ciudadanía italiana, equilibrando el derecho individual con el interés general del Estado. Para más detalles, los remito al dossier correspondiente.
DEBATE DEL DECRETO LEY 36/2025 SOBRE CIUDADANÍA ITALIANA: INTERVENCIÓN DEL SENADOR GIACOBBE
Francesco Giacobbe es senador del Partido Democrático, elegido por la circunscripción exterior África, Asia, Oceanía y Antártida. Nacido en Catania y residente en Sídney, Australia, es profesor universitario, contador y consultor.
Su punto de vista fue el siguiente
Señor Presidente, tomé la palabra para dejar claro que este decreto representa un ataque directo a los derechos de ciudadanía de nuestros compatriotas en el mundo.
Con esta medida, el Gobierno rompe una cadena histórica: la de la transmisión de la ciudadanía italiana por descendencia, una tradición que ha unido a millones de familias italianas fuera del territorio nacional.
Releí el decreto con detenimiento y no encontré en él mecanismos nuevos o equitativos para permitir el acceso a la ciudadanía.
Lo único que establece es que quienes tienen doble nacionalidad ya no podrán transmitir la italiana a sus hijos, aunque esta haya sido una posibilidad legítima desde la Ley 91 de 1992. Esa ley reconocía el derecho a la doble ciudadanía; hoy, ese derecho se convierte en una penalización.
¿En qué país del mundo un parlamentario no puede garantizar la ciudadanía a sus propios hijos? Yo mismo, elegido por italianos en el extranjero, no podré transmitir mi ciudadanía a mis nietos.
Me duele profundamente pensar que mi sobrino, que canta el himno de Mameli con orgullo, no podrá ser reconocido como italiano en el futuro. Esta es la consecuencia real del decreto: exclusión, discriminación y ruptura con nuestras raíces.
El gobierno justifica la urgencia del decreto con una supuesta amenaza a la seguridad nacional, pero ni la Presidenta del Consejo ni el Ministro de Exteriores creen realmente en esa narrativa.
Todos han reconocido que los italianos en el exterior son nuestros mejores embajadores. ¿Por qué, entonces, tratarlos ahora como un problema?
Estamos introduciendo una ciudadanía de primera y una de segunda, basada en el lugar de nacimiento o en el número de nacionalidades que uno posee. Se discrimina a quienes han sido italianos siempre, pero nacieron fuera del país.
Y lo más grave es que el decreto es retroactivo: considera que muchos nunca adquirieron la ciudadanía, aunque ya la hayan transmitido o estén en proceso de reconocimiento. Eso vulnera principios constitucionales, como el de irretroactividad de las leyes desfavorables y la seguridad jurídica.
No entiendo cómo se aplicará esta ley en la práctica. ¿Qué pasa con los casos entre el 27 de marzo y la fecha de conversión en ley? ¿Qué criterio prevalecerá? La confusión es enorme, y el daño potencial, incalculable.
Esta no es solo una norma injusta, sino una decisión que mortifica a nuestras comunidades. Mortifica a quienes tuvieron que emigrar, a quienes construyen italianidad cada día en el extranjero, a nuestros hijos que nacen con amor por Italia.
Y todo esto ocurre porque hay un miedo de fondo: el miedo a la ciudadanía como derecho, el miedo al pluralismo, a la inclusión, a la sociedad de los derechos.
Por eso pedí formalmente que no se continúe con el examen de esta ley. Lo hice en nombre del Partido Democrático y en nombre de millones de descendientes que aman a Italia, aunque Italia hoy les dé la espalda.
Les pido que nos detengamos, que iniciemos juntos una discusión razonada y moderna sobre la ciudadanía.
Porque ser ciudadano italiano no debe ser un privilegio, ni un obstáculo: debe seguir siendo un derecho garantizado.
CONSIDERACIONES DE LA SENADORA MUSOLINO EN EL DEBATE DEL DECRETO TAJANI
La senadora Domenica Musolino, abogada. Representa al grupo parlamentario Italia Viva – Il Centro – Renew Europe (IV-C-RE).
Durante el debate parlamentario sobre la conversión en ley del Decreto 36/2025, intervino para explicar la pregunta prejudicial QP2 “questione pregiudiziale” (cuestión prejudicial) presentada por su grupo.
Palabras de la senadora Musolino
Señor Presidente, tomé la palabra para exponer con claridad por qué este decreto-ley sobre ciudadanía debe detenerse inmediatamente.
Estamos frente a un acto legislativo que viola principios constitucionales fundamentales y que se presenta bajo una falsa urgencia, como si fuera inevitable.
Este decreto crea una trampa legal: establece que hasta el 27 de marzo de 2025 los hijos de italianos nacidos en el extranjero son ciudadanos, pero desde el 28 de marzo, simplemente dejan de serlo.
No hablamos de nuevas condiciones para adquirir la ciudadanía, sino de un cambio radical que niega un derecho preexistente, sustituyéndolo por un simple acto declarativo de la administración. Esto no es solo injusto: es alarmante.
El pretexto de la urgencia es endeble. ¿Dónde está la emergencia real? ¿En quejas de burócratas desbordados por solicitudes en los consulados? ¿Desde cuándo el exceso de trabajo administrativo justifica la negación de derechos fundamentales?
Si hay colapso burocrático, se responde reforzando oficinas, contratando personal y simplificando procesos, no cerrando las puertas a quienes tienen derecho a la ciudadanía por sangre.
Reconozco que hay abusos y problemas en el sistema actual, y estoy dispuesto a discutirlos. Pero una reforma estructural se hace con una ley ordinaria, con debate parlamentario, no con decretos de urgencia improvisados. ¿Quieren repensar el ius sanguinis?
Discutámoslo. Hablemos del ius soli o del ius scholae. Pero no destruyan un sistema con un acto precipitado y técnicamente mal construido.
Este decreto además aplica sus efectos con retroactividad, rompiendo el principio jurídico de que la ley solo rige para el futuro.
¿Con qué justificación se quita un derecho ya existente solo porque alguien no se enteró a tiempo? Esto impacta el derecho al voto, la inscripción en AIRE, la participación política. Es una violación de la reserva de ley electoral, que no puede modificarse por decreto.
También estamos ante una evidente desigualdad de trato: dos hermanos, uno que presentó su solicitud antes del plazo y otro que no, tendrán destinos jurídicos opuestos. Uno será ciudadano italiano, el otro no. ¿Cómo pueden aceptar algo tan flagrantemente inconstitucional?
Se nos dice que los italianos en el extranjero son el orgullo de la nación, nuestros embajadores del Made in Italy. Pero este gobierno, que tanto los elogia en palabras, los excluye de hecho con esta norma.
Y por si fuera poco, cuando se abrió una ventana para la readquisición de la ciudadanía a quienes la perdieron por efectos de la ley de 1992, se impuso un impuesto de 250 euros.
Ni siquiera se pensó en destinar ese dinero a agilizar los trámites. Se recauda, pero el sistema sigue igual de colapsado. Los que alcanzaron a entrar, entran. Los demás, quedan afuera.
Este decreto viola la Constitución: el principio de irretroactividad, la igualdad ante la ley, la reserva de ley en materia electoral.
Y encima se agrava con enmiendas que profundizan la desigualdad y burocratizan aún más el acceso a un derecho que no es una concesión del Estado, sino una condición legal derivada del nacimiento de un ciudadano italiano.
Por todo esto, señora Presidenta, y en nombre del grupo Italia Viva – Il Centro – Renew Europe, solicito, de conformidad con el artículo 93 del Reglamento, que no se proceda al examen de este proyecto de ley.
Lo que necesitamos no es cerrar las puertas, sino abrir un debate serio, constitucional y respetuoso sobre el futuro de nuestra ciudadanía.
INTERVENCIÓN DEL SENADOR MAGNI: DEBATE DECRETO LEY 36/2025
El senador Tino Magni, nacido y residente en Barzago (Lecco), es miembro del Grupo Mixto – Alleanza Verdi e Sinistra (AVS).
En el debate parlamentario sobre la conversión en ley del Decreto 36/2025, intervino para apoyar la pregunta prejudicial planteada por la oposición, centrando su crítica en el uso indebido del decreto de emergencia en una materia tan sensible como la ciudadanía.
Desde su perspectiva manifestó lo siguiente:
Señor Presidente, tomé la palabra para agradecer al senador Giacobbe y al Partido Demócrata por presentar la pregunta prejudicial, porque creo que esta medida es errónea en el fondo, pero aún más en la forma.
Lo que me preocupa profundamente es el método autoritario con el que el Gobierno ha manejado un tema tan delicado, transversal y culturalmente complejo como lo es la ciudadanía.
Lo que más me irrita es que se haya optado nuevamente por un decreto de emergencia, sin justificación real. La ciudadanía no es una cuestión que pueda resolverse con prisas.
Este decreto afecta no solo a quienes viven en Italia, sino también a millones de italianos en el mundo. ¿Y qué hizo el Gobierno?
No escuchó a los parlamentarios electos en el extranjero, no dialogó con las comunidades afectadas, no abrió un debate profundo. Simplemente impuso una medida, como si el Parlamento tuviera que obedecer en silencio.
Es inaceptable que un derecho como la ciudadanía se aborde con un mecanismo tan cerrado y vertical.
Y aún más, que se ignore sistemáticamente a la oposición, como si nuestros aportes fueran decorativos, cuando incluso dentro de la mayoría hay desacuerdos. Esto no es un ejercicio democrático, es una imposición.
Podríamos haber discutido seriamente sobre cómo enfrentar una sociedad cambiante, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Podríamos haber pensado juntos cómo abordar el reconocimiento de ciudadanía en el extranjero, o cómo responder a las nuevas realidades de migración interna y externa. Pero en vez de eso, se utilizó un decreto-ley para cerrar el debate.
Además, quiero recordar que muchos ciudadanos extranjeros en Italia, con residencia regular, contrato de trabajo y obligaciones fiscales, sostienen parte de nuestro sistema económico y demográfico.
Este es un tema humano, social, y no puede ser tratado como si fuera una simple cuestión técnica o numérica.
No digo que todo deba liberalizarse, ni niego que se necesiten reglas. Pero esas reglas deben discutirse, consensuarse y compartirse.
No podemos aceptar que la ciudadanía —un derecho que define quiénes somos— sea objeto de una medida aprobada solo por la fuerza de una mayoría.
Por eso, apoyo esta cuestión prejudicial.
Les pido que se detenga este decreto, que reabramos el debate y busquemos una solución más justa, más democrática y más humana.
Estoy convencido de que este Parlamento, con sus diferencias, tiene la capacidad de encontrar una síntesis más avanzada para responder a los ciudadanos, tanto a los que están en el extranjero como a aquellos que, aún viviendo en nuestro país, siguen sin ser reconocidos plenamente.
SENADOR CATALDI Y SU PUNTO OPINIÓN SOBRE EL DECRETO TAJANI EN MATERIA DE CIUDADANÍA ITALIANA
El senador Angelo CATALDI, abogado, nació y reside en Ascoli Piceno, región de Marche. Actualmente es miembro del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y secretario de la 1ª Comisión Permanente de Asuntos Constitucionales.
Durante el debate del Decreto 36/2025, intervino para respaldar las preguntas prejudiciales presentadas por otros grupos y denunciar la deshumanización del enfoque adoptado por el Gobierno sobre la ciudadanía italiana.
Al respecto dijo.
Señor Presidente, desde el Movimiento 5 Estrellas hemos decidido votar a favor de las dos preguntas prejudiciales presentadas, pero no podemos hacerlo sin expresar nuestra profunda decepción por cómo se está abordando esta cuestión.
Lo que se está haciendo aquí es reducir a trámites administrativos la vida de millones de italianos en el extranjero.
Los están tratando como si fueran expedientes a eliminar, como si su vínculo con Italia pudiera medirse con frías estadísticas.
Pero detrás de esos números hay historias reales, hay personas, hay familias que emigraron buscando una vida digna, que siguen transmitiendo el idioma, los valores, la cultura y las tradiciones italianas a pesar de la distancia y el tiempo.
Estamos hablando de más de 80 millones de personas que mantienen viva su identidad italiana, muchos de ellos en países como Brasil, donde existen comunidades enteras que aún hablan el dialecto véneto, cocinan platos tradicionales y viven en ciudades que llevan nombres italianos. ¿Cómo se puede afirmar que ellos no son italianos?
Lo son en el idioma, en la sangre, en sus costumbres, en su memoria colectiva. Lo son más allá del territorio, y merecen ser reconocidos como parte viva de nuestra nación. (Aplausos).
Este decreto, sin embargo, ha sido tratado con una superficialidad desarmante. Se ha aplicado el mismo criterio burocrático para todos, sin tener en cuenta los testimonios de las asociaciones de italianos en el extranjero ni las realidades que nos han expuesto.
Hemos escuchado a quienes viven desde hace generaciones fuera de Italia, manteniendo intacto su vínculo cultural y afectivo con nuestro país, y no se los ha considerado.
Desde nuestro grupo parlamentario presentamos enmiendas para ampliar el reconocimiento a quienes hablan el idioma italiano, a quienes viven con italianidad en su día a día. Hicimos propuestas razonables, viables.
Pero se eligió el camino más frío: el de la burocracia que borra historias, desecha expedientes y reduce personas a simples papeles descartables. (Aplausos).
Señor Presidente, los italianos en el extranjero merecen más que esto. Merecen un Estado que sepa reconocerse en ellos, incluso cuando están más allá de nuestras fronteras físicas.
Un Estado que entienda que Italia no termina en su geografía, sino que vive en sus hijos repartidos por el mundo, en sus voces, en sus cocinas, en sus himnos cantados en acentos lejanos, pero con el mismo amor.
Por eso decimos claramente: este decreto no representa el espíritu de la ciudadanía italiana, ni respeta el vínculo humano y cultural que nos une con nuestros compatriotas en el exterior.
DEBATE DEL SENADOR CRISANTI SOBRE CIUDADANÍA ITALIANA Y DECRETO LEY
El senador Andrea Crisanti, de profesión profesor universitario, ostenta el título de Caballero y Catedrático de Honor por clara reputación.
Es miembro del grupo PD-IDP, secretario de la 7ª Comisión Permanente (Cultura, Educación Pública y Patrimonio Cultural) y miembro de la Delegación Parlamentaria Italiana ante el Consejo de Europa.
Durante el debate parlamentario, intervino con una fuerte crítica al Decreto-Ley 36/2025, cuestionando su fundamento, su forma y su motivación política.
Sus palabras fueron:
Señor Presidente, señores senadores, intervengo para expresar el rechazo firme y argumentado del Partido Democrático a esta medida, que modifica profundamente el derecho de ciudadanía para los descendientes de italianos y restringe su transmisión entre quienes residen en el extranjero.
Estamos ante un decreto que impone condiciones arbitrarias e injustas: por un lado, exige que los descendientes de italianos pasen dos años en Italia para tener derecho a la ciudadanía, una exigencia que es irrealizable para muchos, especialmente para quienes viven en países lejanos como Argentina o Venezuela.
Por otro lado, impone que solo quienes conserven exclusivamente la ciudadanía italiana puedan transmitirla a sus hijos, rompiendo así el vínculo con generaciones futuras.
Este texto llega al Pleno modificado, sí, pero no mejorado. Lo considero injustificado, injusto e inoportuno. Es injustificado porque se adopta como decreto-ley apelando a una urgencia que no existe.
Se nos ha dicho que la ciudadanía representa una amenaza para la seguridad nacional, y me tomé el trabajo de investigarlo: desde 2006 hasta 2018, solo 70.000 personas adquirieron la ciudadanía por ius sanguinis. Incluso si hoy son 100.000 al año, harían falta 500 años para igualar la población italiana residente. ¿Dónde está entonces la amenaza?
Además, el aumento de italianos en el AIRE en los últimos años no se debe a una invasión, sino a fenómenos como la emigración juvenil, el aumento de nacimientos en el extranjero y los nuevos registros inducidos por la ley.
No hay amenaza de seguridad nacional: lo que hay es una amenaza política para esta mayoría, porque los italianos en el extranjero no votan a sus partidos. En las elecciones de 2022, más del 60 % de los votos en mi circunscripción fue para fuerzas de oposición. Y eso les molesta.
El propio ministro Tajani ha denigrado a los descendientes de italianos llamándolos oportunistas, especuladores y deshonestos. Pero esos mismos descendientes son quienes construyeron Italia desde fuera.
Entre 1870 y 1970 emigraron 29 millones de italianos en condiciones de extrema pobreza. Se fueron porque aquí no tenían ni educación ni salud. T
rabajaron fuera, enviaron dinero a Italia, y ese dinero financió buena parte del Estado italiano durante décadas. ¡Hasta el 80 % del presupuesto en ciertos años provenía de sus remesas!
Yo mismo tengo una deuda personal: mi tío, emigrado a Estados Unidos, ayudó a mi madre a costear mis estudios. Si hoy estoy aquí, es en parte gracias a él. Por eso, ver esta ley me duele profundamente.
Estamos cortando de raíz un vínculo con personas que nunca han dejado de sentirse italianas. Les llamamos embajadores del Made in Italy, y ahora los excluimos.
Esta medida es también inconstitucional, porque modifica derechos preexistentes, limita la transmisión de la ciudadanía, aplica retroactivamente condiciones nuevas, y lo hace con un instrumento legislativo de urgencia que no corresponde.
Tienen los números para aprobar esta norma hoy. Pero no gobernarán para siempre. Cuando seamos mayoría, vamos a revertir este decreto, porque la ciudadanía no es un favor ni un pasaporte que se negocia: es una identidad que se respeta.
INTERVENCIÓN DEL SENADOR SCALFAROTTO DECRETO LEY SOBRE CIUDADANÍA ITALIANA
El senador Ivan Scalfarotto, de profesión director de Recursos Humanos, fue Subsecretario de Estado del Interior durante el Gobierno Draghi.
Actualmente es tesorero del grupo Italia Viva – Il Centro – Renew Europe (IV-C-RE), vicepresidente de la Comisión Electoral e Inmunidades, y miembro de la 2ª Comisión Permanente (Justicia), de la Comisión de Enjuiciamiento y de la Comisión de Investigación sobre la comunidad “Il Forteto”.
Durante el debate sobre el Decreto-Ley 36/2025, Scalfarotto intervino con un discurso crítico, sarcástico y estructurado, cuestionando la lógica y el método del gobierno en materia de ciudadanía.
Lo cual explico lo siguiente:
Señora Presidenta, esta ley es, en mi opinión, la prueba científica del caos en el que está sumido este Gobierno. Y digo esto como alguien que tampoco defiende ciegamente la Ley 91 de 1992: fue una ley concebida para un país que ya no somos.
En los años 50 y 60, Italia era una nación de emigrantes, y necesitábamos mantener el vínculo con quienes partían en busca de una vida mejor. Por eso adoptamos el principio del ius sanguinis, que tenía sentido entonces.
Pero hoy Italia ya no es solo un país de emigrantes. Basta con abrir la puerta de cualquier aula en una escuela primaria para ver una Italia plural, diversa, construida por personas que vienen de todo el mundo.
Gente que trabaja, estudia, habla italiano —muchos de ellos no conocen otro país que no sea este— y contribuyen a nuestra sociedad con talento, esfuerzo y compromiso. Somos una nación de inmigración, y un gobierno responsable debería adaptar su legislación para facilitar la integración, no para excluir.
En lugar de actualizar la Ley 91 para reconocer a quienes viven aquí, hablan nuestro idioma y forman parte de nuestra sociedad, el Gobierno apunta sus cañones hacia quienes ya tienen la ciudadanía.
¡En lugar de incluir, excluye! Le quitan derechos a descendientes de italianos en el extranjero con una norma improvisada, inconsistente y técnicamente chapucera. Es una estrategia de borrachos: erran el objetivo y empeoran todo lo que tocan.
No soy ingenuo. Sé que hay abusos, que hay casos donde alguien obtiene la ciudadanía sin tener vínculo real con Italia. Pero ¿de verdad esta es la forma de enfrentarlo?
¿Con un decreto-ley repentino, con efecto inmediato, que cambia el status civitatis de millones de personas? ¿En serio piensan que esto es serio? ¿Y por qué lo hacen? Porque los consulados no dan abasto. ¡Pues refuércenlos! ¡Fináncienlos!
En lugar de asumir la responsabilidad, humillan a la administración diplomática, como ya hizo su ministro al permitir que diplomáticos ingresen con títulos en ciencias del deporte. ¡Esto es una vergüenza institucional!
Lo que hacen es gobernar a golpe de decreto, sin planificación ni respeto por el Parlamento. Esta medida, que debería ser fruto de un amplio debate legislativo, se impone como si fuera una emergencia.
Y no lo es. Cambiar derechos fundamentales, como el de ciudadanía, por decreto y en la oscuridad de la noche, es indigno de una democracia madura. A medianoche del 27 de marzo, unos están dentro y otros fuera. ¡Es ridículo!
Y lo más irónico de todo: el partido que promueve esto es heredero de Mirko Tremaglia, el hombre que luchó por dar ciudadanía y voto a los italianos en el extranjero.
Ahora ese mismo espacio político quiere quitarles lo que antes defendía. Es de una incoherencia política monumental, casi esquizofrénica.
Me pregunto cuánto tardarán los ciudadanos en darse cuenta del engaño. Hoy dicen una cosa, mañana hacen otra. ¿Y la promesa del bloqueo naval? Ya ni la hierba crece.
Concluyo reconociendo que sí, la ley debe cambiar. Pero no así. No con decretos improvisados, no con desprecio por la legalidad constitucional, no con desprecio por quienes mantienen vivo el nombre de Italia en el mundo.
Esta ley no mejora el sistema de ciudadanía, lo destruye. Y nosotros, como oposición, no dejaremos de denunciarlo.
INTERVENCIÓN DE LA SENADORA LA MARCA SOBRE EL DECRETO TAJANI
La senadora Francisca La Marca, fue elegida por la circunscripción exterior América del Norte y Central en las elecciones del 25 de septiembre de 2022.
Es profesor auniversitaria, miembro del grupo PD-IDP, y forma parte de la 3ª Comisión Permanente (Asuntos Exteriores y Defensa).
También integra la Delegación Parlamentaria Italiana ante la Asamblea Parlamentaria del Mediterráneo y la Asamblea de la Unión por el Mediterráneo (AP-UpM).
Durante el debate del Decreto-Ley 36/2025, intervino con una fuerte denuncia del método y contenido del texto, defendiendo los derechos de los italianos en el mundo.
Su opinión al repscto fue la siguiente:
Señor Presidente, hoy participo en este debate con un profundo sentimiento de frustración y decepción. Este decreto, aprobado de forma repentina y sin consulta previa el 27 de marzo, representa una página oscura en la historia legislativa de Italia.
No solo por lo que contiene, sino también por cómo se impuso: sin escuchar a los parlamentarios elegidos en el exterior, sin dialogar con las instituciones que representan a los italianos en el mundo, como el Consiglio Generale degli Italiani all’Estero.
Desde el comienzo del trámite parlamentario pedí, e insistí, en realizar un ciclo de audiencias en la 1ª Comisión.
En esas audiencias se evidenció que este decreto es un error: el instrumento del decreto-ley no es el adecuado para regular una materia tan compleja y delicada como la ciudadanía.
Propuse una alternativa clara: posponer la entrada en vigor del decreto y abrir un camino participativo para una reforma seria, estructurada y respetuosa. Pero mi propuesta cayó en saco roto.
En su contenido, el decreto es aún más grave. Limita el reconocimiento de la ciudadanía por descendencia solo hasta la segunda generación, dejando fuera a miles de personas con vínculos legítimos y profundos con Italia.
Presenté junto a mis colegas enmiendas que proponían incluir criterios como el conocimiento del idioma italiano y la cultura cívica, para garantizar una relación auténtica con el país. Pero también fueron rechazadas.
Sin embargo, quiero destacar un pequeño avance logrado gracias a nuestra presión: la reapertura de los plazos para la readquisición de la ciudadanía por quienes la perdieron por naturalización antes de 1992, especialmente en países como Canadá o EE. UU.
Esto se logró tras años de lucha, gracias también a la recolección de firmas que promoví, y debo reconocer que es una reparación mínima a una gran injusticia histórica. Pero no compensa lo demás.
Recibí miles de correos electrónicos de descendientes de italianos que estaban iniciando el proceso de reconocimiento de ciudadanía y que, con este decreto, han sido excluidos de un día para otro.
Historias reales, como la de Carla en EE. UU., bisnieta de emigrantes que solo conocían el italiano, o la de Antonio, cuya familia ha mantenido por generaciones el vínculo con Italia, invirtiendo incluso en nuestro país. ¿Cómo les explicamos que ya no tienen derecho a ser reconocidos como italianos?
Y por si fuera poco, mientras se aprueba este decreto, el Gobierno anuncia dos proyectos de ley más: uno sobre ciudadanía para menores y otro para reorganizar las oficinas competentes.
Todo sin coherencia, sin visión, sin orden, y sin brindar al Parlamento el tiempo ni el contexto adecuado para una reforma orgánica. Es un enfoque caótico e improvisado, que revela la falta de coraje político para enfrentar de verdad este tema.
Señor Presidente, este decreto no es una reforma: es un muro. Es un retroceso que rompe el vínculo entre Italia y sus hijos y nietos esparcidos por el mundo. Como senador por América del Norte y Central, como hijo de emigrantes, como profesor, como italiano, no puedo más que votar en contra.
Pero mi compromiso continúa: en el Parlamento, en el territorio, en cada comunidad donde aún late el corazón italiano. Lucharé hasta que tengamos una ley de ciudadanía justa, inclusiva y a la altura de nuestra historia y valores.
INTERVENCIÓN DEL SENADOR DELLA PORTA DEL DECRETO SOBRE CIUDADANÍA
El senador Costanzo Della Porta, De profesión abogado y alcalde de su localidad, integra el Grupo Fratelli d’Italia (FdI).
Es miembro de la 1ª Comisión Permanente (Asuntos Constitucionales), de la Comisión Electoral e Inmunidades Parlamentarias, de la Comisión Parlamentaria Antimafia, y de la Comisión de la Fiscalía.
En el debate sobre el Decreto-Ley 36/2025, defendió firmemente la legitimidad y el propósito del texto aprobado por el Gobierno.
Sus consideraciones al respecto:
Señor Presidente, Señorías, hoy defiendo esta medida con convicción porque marca un paso necesario hacia una ciudadanía italiana más justa, ordenada y vinculada a la realidad.
No estamos aquí para cerrar puertas, sino para poner fin al abuso, la especulación y la desnaturalización del derecho de ciudadanía que, lamentablemente, hemos visto multiplicarse.
En la Comisión demostramos que no hay cerrazón ni imposición unilateral, sino una voluntad clara de diálogo, lo que agradezco a los colegas que lo han facilitado, especialmente al Presidente Balboni, al Senador Lisei y a Roberto Menia.
Este decreto no elimina el ius sanguinis, sino que refuerza su coherencia, exigiendo una conexión real, no solo genealógica, con Italia.
Ser italiano no es solo un derecho, es un privilegio. Y quien lo desee debe demostrarlo, no con papeles comprados ni a través de agencias que lucran con nuestra identidad, sino con un vínculo genuino, con un compromiso, con un acto de amor hacia Italia. (Aplausos).
Las prácticas de comercialización del pasaporte italiano deben terminar. No podemos permitir que municipios pequeños, como el mío o el de Val di Zoldo, se vean colapsados por cientos de solicitudes sin medios ni personal para gestionarlas.
Hemos escuchado esas voces. También escuchamos a la Fundación Migrantes de la Conferencia Episcopal Italiana, que nos pidió orden y control, no desorden.
Con este decreto, evitamos que personas sin ninguna conexión real con nuestro país —de quinta o sexta generación— accedan automáticamente a la ciudadanía, activadas muchas veces por estudios legales sin escrúpulos.
Pero también introducimos mejoras, gracias al trabajo legislativo en Comisión. Permitimos que quienes presentaron su solicitud antes de la entrada en vigor del decreto puedan concluirla bajo las normas anteriores.
Y abrimos caminos concretos: los descendientes de italianos podrán venir a trabajar en Italia con contrato regular y solicitar la ciudadanía tras solo dos años de residencia.
También conseguimos reabrir los plazos para quienes perdieron su ciudadanía por naturalización forzada, una medida que reconoce injusticias del pasado. Y además protegemos las solicitudes en curso, reduciendo los efectos retroactivos y ampliando las condiciones para el reconocimiento.
Señorías, no se trata de cerrar ni de excluir. Se trata de preservar el valor de ser ciudadano italiano, de impedir que se convierta en una mercancía transada por miles de euros. Queremos garantizar que quien obtenga este derecho lo haga con respeto, amor y responsabilidad hacia nuestra nación.
Por eso, reitero que estamos abiertos al diálogo. Lo hemos demostrado aceptando enmiendas constructivas. Pero hoy afirmamos con firmeza que la ciudadanía no se regala, no se compra, no se improvisa.
Se honra y se merece. Y este decreto es un primer paso hacia una legislación seria, moderna y protectora de nuestra identidad nacional. (Aplausos).
Aquí tienes una lista clara y organizada de los senadores que intervinieron a favor y en contra del Decreto-Ley 36/2025 sobre ciudadanía italiana durante el debate parlamentario, según el texto que proporcionaste:
SENADORES DEL PARLAMENTO ITALIANO A FAVOR DEL DECRETO LEY 36/2025
1. Lisei Relator del decreto – Fratelli d’Italia. Justificó el contenido técnico del decreto y defendió las excepciones y enmiendas incorporadas.
2. Della Porta Fratelli d’Italia. Defendió que la ciudadanía es un privilegio y que el decreto impide su comercialización. Reivindicó el vínculo efectivo con Italia y el control de abusos.
SENADORES DEL PARLAMENTO ITALIANO EN CONTRA DEL DECRETO LEY 36/2025
1. Giacobbe Partito Democratico – PD-IDP. Calificó el decreto como un acto que rompe la cadena de transmisión de la ciudadanía italiana y lo tildó de retroactivo e inconstitucional.
2. Musolino Italia Viva – Il Centro – Renew Europe. Presentó una cuestión prejudicial, denunciando que el decreto viola la Constitución y crea discriminaciones legales graves.
3. Magni Grupo Misto – Alleanza Verdi e Sinistra. Criticó el uso del decreto-ley para una materia tan sensible y pidió abrir un debate más amplio y democrático.
4. Cataldi Movimento 5 Stelle – M5S. Denunció que el decreto trata a los italianos en el extranjero como expedientes que deben ser eliminados.
5. Crisanti Partito Democratico – PD-IDP. Cuestionó la urgencia del decreto y lo acusó de ser una respuesta política contra el voto extranjero.
6. Scalfarotto Italia Viva – Il Centro – Renew Europe. Criticó la forma improvisada del decreto y cuestionó que se legisle así sobre la ciudadanía de millones de personas.
7. Gaudiano Movimento 5 Stelle – M5S. Denunció la retroactividad del decreto y la exclusión del debate democrático sobre derechos fundamentales.
8. La Marca Partito Democratico – PD-IDP. Calificó el decreto como una trampa legislativa que excluye a descendientes con vínculos reales con Italia.
APROBADO DECRETO LEY 36/2025 SOBRE CIUDADANÍA ITALIANA
El 15 de mayo de 2025, el Senado italiano aprobó de forma definitiva el controvertido Decreto Tajani, que modifica las normas sobre el reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia.
La votación se realizó mediante procedimiento nominal y evidenció una marcada división política. A continuación, se detallan los resultados oficiales de la votación:
Concepto | Cantidad |
---|---|
Presentes | 119 |
Votantes | 118 |
Mayoría requerida | 60 |
Votos a favor | 81 |
Votos en contra | 37 |
Abstenciones | 0 |
El texto aprobado pasará ahora a la Cámara de Diputados, donde está previsto que la votación final se lleve a cabo entre el 22 y el 23 de mayo 2025.
En esta instancia, la Cámara deberá confirmar o rechazar el contenido del decreto para completar el proceso de conversión en ley dentro del plazo constitucional.
Para finalizar
Las exposiciones que conociste a lo largo de este artículo Intervenciones parlamentarias tras la aprobación del decreto ley sobre ciudadanía italiana: un debate histórico y dividido reflejan con claridad que el futuro del reconocimiento por descendencia está en plena transformación.
Cada intervención parlamentaria revela no solo posturas políticas enfrentadas, sino también la profundidad de lo que está en juego para quienes, como tú, buscan reconectar legalmente con sus raíces italianas.
Este decreto no solo legisla, también redefine el acceso a una ciudadanía que, durante décadas, se transmitió como un derecho natural basado en la sangre y la memoria familiar.
Para culminar, solicitar tu reconocimiento no se trata solo de documentos, sino de recuperar un legado. Y hacerlo bien es, hoy más que nunca, una decisión que marca la diferencia.
¡Transforma tu futuro ahora!
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